martes, 10 de enero de 2012

Del Potro y la Davis



Inmerso en un océano de controversias, dudas, enojos y desencantos debido a la negativa de no jugar la próxima serie de Copa Davis en Alemania del 10 al 12 de febrero, Juan Martín Del Potro despachó al polaco Lukazs Kubot 6-4 y 6-2 por la segunda vuelta del ATP 250 de Sidney. El tandilense debutó demostrando toda su jerarquía y basándose, como casi siempre, en la potencia de su servicio y su derecha liquidó a un rival que poco y nada pudo hacer. En la siguiente ronda chocará contra el chipriota Marco Baghdatis o el sudafricano Matthew Ebden.

Ya tan añejos parecen esos tiempos en los que quedó la duda del por qué jugar la Copa de Maestros en 2008 tan cerca de la final de la Copa Davis en Mar del Plata frente a España. Hoy, mientras la Torre de Tandil sigue en busca del tenis que lo llevó a ganar, entre otras cosas, un Abierto de los Estados Unidos, la relación Delpo-Davis se pone en jaque una vez más.

Puede estar bien o mal la elección. Se lo puede acusar de "falta de amor a la camiseta", si se quiere. Pero lo que no caben dudas es que en la cabeza de Del Potro está en querer seguir siendo el mejor argento dentro del circuito. En repetir y mejorar aquel Us Open y reinsentarse entre los top 4, 5.

"El físico en Juan es fundamental", explicó días atrás su entrenador Franco Davin dando el motivo de la baja. En los tiempos actuales que el tenis requiere un sacrificio enorme y estar la mayor cantidad de semanas posible entero físicamente, es imprescindible mantener el cuerpo sano. Entonces, no parece tan descabellada la idea de evitar esos días de polvo de ladrillo en medio de la temporada de cemento estadounidense y teniendo en cuenta que aún sin él frente a los alemanes en polvo, la Argentina tiene muchas chances. Todo es posible y nada es garantía de nada.

Seguramente a Del Potro se lo extrañará la primera serie del capítulo 2012 de lo que parece ser la misión imposible para el equipo argentino, pero así como por estos días esta decisión genera polémica, dentro de algunos meses se le puede dar la razón o hasta incluso felicitar.

No hay mal que por bien no venga. Mejor prevenir que lamentar. Cualquiera de las dos frases le sienta bien y aparentan ser un buen consuelo para el mundo del tenis argentino.



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